En una defensa acalorada contra los cargos de trata de personas con fines de explotación sexual, el equipo legal de Sean «Diddy» Combs denunció a la fiscalía como «sexista y puritana» el martes, afirmando que nueve videos explícitos centrales en el caso representan nada más que encuentros consensuales entre adultos. Los abogados están exigiendo un mayor acceso a las grabaciones, argumentando que prueban la inocencia del magnate de la música.
Combs, de 55 años, ha estado bajo custodia federal desde su arresto en septiembre, enfrentando acusaciones de orquestar encuentros sexuales elaborados que involucran el uso de drogas y coerción. Los fiscales describen estos eventos como «Freak Offs», citándolos como evidencia de una operación de trata de personas. Sin embargo, el equipo legal de Diddy está enmarcando el caso como una cruzada moralista en lugar de un asunto criminal.
La Defensa Contrarresta las Acusaciones: ‘Consensuales y Controlados’
Las grabaciones, presentadas por una supuesta víctima referida como «Victim-1», han sido vistas temporalmente dos veces por los abogados de la defensa, pero permanecen bajo control del gobierno. La defensa sostiene que estos videos no revelan coerción, violencia ni incapacidad. En cambio, retratan a Victim-1 como «feliz, dominante y en completo control» durante los encuentros.
“Cualquier espectador de mente justa de los videos concluirá rápidamente que la acusación contra el Sr. Combs es tanto sexista como puritana”, afirmó la defensa en una presentación ante el tribunal federal de Manhattan. Argumentaron que el caso del gobierno perpetúa estereotipos obsoletos de las mujeres como víctimas sin agencia y criminaliza injustamente la actividad sexual consensual.
El Caso de la Fiscalía: Un Oscuro Retrato de ‘Freak Offs’
La acusación pinta un cuadro radicalmente diferente, acusando a Combs de organizar fiestas sexuales maratónicas que involucraban a participantes drogados y trabajadoras sexuales para mantener la «obediencia y conformidad». Los fiscales afirman que las redadas en las casas de Combs en Los Ángeles y Miami descubrieron evidencia de estos eventos, incluyendo drogas, cámaras y más de 1,000 botellas de lubricante y aceite para bebés.
Según el gobierno, estos llamados «Freak Offs» eran espectáculos altamente orquestados que a veces duraban días, con Combs supuestamente grabando los encuentros y desempeñando un papel activo. La acusación sostiene además que las víctimas fueron manipuladas o coaccionadas para participar.
La Defensa Desafía la Narrativa
El equipo legal de Combs disputa ferozmente la representación de la fiscalía, argumentando que el caso se basa en prejuicios puritanos en lugar de pruebas sólidas. Afirman que las grabaciones muestran actos consensuales sin signos de coerción, incapacidad o explotación.
“Ciertamente no hay evidencia de trata de personas”, escribieron los abogados de la defensa, añadiendo que la caracterización del gobierno de los videos como «sucios o inapropiados» revela un intento de controlar el comportamiento sexual en lugar de procesar delitos legítimos.
Un Llamado a Análisis Forense
La defensa está solicitando acceso adicional a los videos para mejorar su calidad de audio y visual, así como para examinar los metadatos y establecer cronologías. Aseguran que las grabaciones son vitales para desmantelar las acusaciones y demostrar que no ocurrieron actividades ilegales.
Un Juicio de Alto Riesgo se Acerca
El caso de Combs ha desatado intensos debates sobre el consentimiento, la privacidad y los límites de la ley en la regulación del comportamiento sexual no convencional. Con un juicio programado para el 5 de mayo, las apuestas son inmensas tanto para el magnate ganador de un Grammy como para las conversaciones culturales más amplias que rodean su procesamiento.