En una escalada devastadora de violencia, un ataque aéreo turco con drones apuntó a una zona controlada por kurdos en el norte de Siria el lunes, matando a 11 civiles, incluidos seis niños de la misma familia, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR). El ataque se produjo en medio de un tumulto generalizado, justo un día después de que los rebeldes liderados por islamistas lanzaran una ofensiva relámpago que derrocó al presidente Bashar al-Assad y alteró el control en grandes extensiones de Siria.
Ataque Aéreo Mortífero Cerca de Ain Issa
El ataque tuvo como objetivo una casa cerca de Ain Issa, al norte de la ciudad de Raqqa, una zona controlada por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) lideradas por kurdos. El Observatorio confirmó que las víctimas eran todos civiles, lo que aumenta los temores de un aumento de las bajas civiles en la región.
Esta última tragedia subraya la lucha de alto riesgo entre las fuerzas turcas y los grupos kurdos en Siria. Desde 2016, Turquía y sus milicias aliadas han tomado territorios en el norte de Siria, apuntando a los combatientes kurdos a quienes acusan de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo designado como organización terrorista por Ankara.
Aumento de Rebeldes y la Caída de Assad
Sumando al caos, la dramática ofensiva rebelde del domingo contra el régimen de Assad vio a facciones pro-Turquía reclamando victorias estratégicas, incluyendo porciones significativas de Manbij, una ciudad al oeste de Ain Issa. El Consejo Militar de Manbij, alineado con las SDF, supuestamente participó en feroces batallas pero finalmente perdió el control de grandes distritos ante los combatientes rebeldes en avance.
Los combatientes apoyados por Turquía celebraron la toma de Manbij en su canal de Telegram, proclamando victoria después de «feroces batallas». El Observatorio también informó sobre la violencia continua en la ciudad del norte de Tal Rifaat, que las fuerzas pro-turcas tomaron a principios de este mes.
La Estrategia de Turquía en Siria
La participación de Turquía en el norte de Siria está arraigada en su conflicto de décadas con los grupos kurdos. Ankara considera que las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG)—la fuerza dominante en las SDF—son una extensión del PKK, que ha librado una insurgencia contra el estado turco durante más de 40 años.
El domingo, Turquía reafirmó su compromiso de prevenir que las fuerzas kurdas amplíen su influencia tras la destitución de Assad. La administración del presidente turco Recep Tayyip Erdogan declaró que su objetivo es «garantizar la seguridad» en Siria en medio del vacío de poder dejado por la caída del régimen.
Aumentan las Preocupaciones Humanitarias
La violencia ha suscitado una creciente preocupación por los civiles atrapados en el fuego cruzado. Las SDF, lideradas por kurdos y ampliamente reconocidas por su papel en la derrota del califato del Estado Islámico en 2019, ahora enfrentan amenazas intensificadas tanto de facciones apoyadas por Turquía como de la inestabilidad regional continua.
El sombrío informe del Observatorio destaca el costo humano del conflicto: “Once civiles, incluidos seis niños, han pagado el precio más alto”, dijo Rami Abdul Rahman, jefe de la SOHR. Los grupos de defensa temen que nuevas ofensivas puedan desplazar a decenas de miles más.
Un País en una Encrucijada
A medida que Siria enfrenta su momento más turbulento en años, la interacción de fuerzas rebeldes, luchadores kurdos y milicias respaldadas por Turquía amenaza con sumergir a la región en un caos aún más profundo. Para muchos sirios, el costo ya es insoportable, con vidas y hogares destrozados en una lucha por el control que no muestra signos de disminuir.