Un Punto de Inflexión Regional: Los Hutíes Atacan la Base Aérea Nevatim de Israel
En una escalada dramática del conflicto regional en curso, el movimiento hutí de Yemen reclamó la responsabilidad por un ataque de misil balístico hipersónico dirigido a la base aérea Nevatim de Israel en el sur del Negev. La base aérea es una instalación estratégica clave, y esta operación marca un momento significativo en el papel creciente del grupo en el conflicto.
El Brigadier General Yahya Saree, portavoz del ejército hutí, anunció el ataque a través de Telegram, afirmando que el misil hipersónico «Palestina Dos» impactó exitosamente su objetivo. Saree enmarcó la operación como una respuesta directa a las acciones israelíes en Gaza y Líbano, diciendo:
“Esta operación apoya la resistencia de los pueblos palestino y libanés y es parte de la quinta fase de escalada. Nuestras operaciones persistirán hasta que la agresión se detenga, se levante el bloqueo sobre Gaza y cesen los ataques contra Líbano.”
El Papel de los Hutíes en el Conflicto de Medio Oriente
Los hutíes, oficialmente conocidos como Ansar Allah, se han alineado cada vez más con el amplio eje anti-israelí en la región, incluyendo grupos respaldados por Irán como Hezbolá en Líbano. Esta es la segunda vez este mes que los hutíes afirman haber atacado la base aérea Nevatim, señalando su creciente capacidad para desplegar tecnología de misiles avanzados.
El misil “Palestine Two”, que se informa es un sistema hipersónico, representa un notable avance en las capacidades militares del grupo. Los misiles hipersónicos viajan a velocidades que superan Mach 5 y son difíciles de interceptar, lo que genera preocupaciones sobre el potencial de futuros ataques a objetivos de alto valor.
El ataque forma parte de la estrategia más amplia del grupo para desafiar los intereses israelíes y occidentales en toda la región. A principios de este año, el líder hutí Abdul-Malik al-Houthi amenazó con interrumpir las rutas de envío israelíes, incluidas aquellas que pasan por el Océano Índico y el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica.
Respuesta de EE. UU. y la Coalición
Estados Unidos ha reaccionado de manera contundente a la escalada hutí, formando la coalición «Guardians of Prosperity» con socios internacionales para disuadir más ataques. El enfoque principal de la coalición ha sido asegurar las rutas marítimas en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, áreas críticas para el comercio global.
Desde enero de 2024, EE. UU. y el Reino Unido han llevado a cabo ataques aéreos dirigidos a sitios hutíes en Yemen. A pesar de estos esfuerzos, los hutíes han continuado expandiendo sus operaciones, demostrando su resiliencia y ambición estratégica.
Implicaciones Más Amplias para la Estabilidad Regional
El ataque a la base aérea de Nevatim destaca la naturaleza interconectada de los conflictos en el Medio Oriente. A medida que la guerra en Gaza continúa alimentando la ira en todo el mundo árabe, los hutíes están aprovechando su posición para apoyar los movimientos de resistencia palestinos y libaneses.
La escalada subraya la complejidad de la geopolítica de la región, donde los conflictos locales a menudo se transforman en luchas más amplias que involucran a múltiples actores estatales y no estatales.
Para Israel, el ataque representa otro frente en un entorno de seguridad ya desafiante. La base aérea es un centro clave para aviones avanzados, incluidos los F-35, y cualquier interrupción podría tener implicaciones estratégicas.
¿Qué sigue?
Sin señales de desescalada, el riesgo de nuevos ataques sigue siendo alto. Los hutíes han señalado su disposición a ampliar su alcance operativo, y sus capacidades misilísticas representan una amenaza creciente para la estabilidad regional.
Mientras tanto, los actores internacionales, particularmente EE. UU., probablemente aumentarán la presión sobre el grupo a través de acciones militares y sanciones económicas. Sin embargo, las alianzas de los hutíes con Irán y su posición arraigada en la guerra civil de Yemen hacen que una resolución rápida sea poco probable.
A medida que el Medio Oriente lidia con estos conflictos entrelazados, la comunidad internacional enfrenta un desafío abrumador: prevenir que la violencia localizada se convierta en una conflagración regional más amplia.