Las fuerzas armadas de Rusia demostraron sus crecientes capacidades en el este del Mediterráneo el 3 de diciembre de 2024, con el lanzamiento de pruebas de misiles hipersónicos durante extensos ejercicios navales y de la fuerza aérea. Esta demostración de fuerza se produce en medio de tensiones crecientes en Siria, donde el aliado de Rusia, el presidente Bashar al-Assad, enfrenta pérdidas territoriales significativas ante los rebeldes islamistas.
El Ministerio de Defensa ruso informó que se lanzaron misiles de precisión desde el mar, incluyendo el misil hipersónico Zirkon y el misil de crucero Kalibr, durante los ejercicios. Además, se disparó un misil de crucero Onyx desde un área costera designada en el Mediterráneo. Los ejercicios militares son vistos como una señal del compromiso de Rusia para apoyar a su aliado en Siria, ya que las fuerzas de Assad luchan por mantener el control de territorios clave, incluyendo la estratégica ciudad de Alepo, que recientemente fue perdida ante las fuerzas rebeldes.
Estas pruebas de misiles se producen mientras Rusia aumenta su presencia militar en la región. Según el Ministerio de Defensa, más de 1,000 efectivos, 10 embarcaciones y 24 aeronaves participaron en la operación, lo que resalta la creciente influencia de Rusia en el Mediterráneo. Los ejercicios se llevaron a cabo en el este del Mediterráneo, aunque la ubicación exacta de los lanzamientos de misiles permanece sin especificar, a pesar de la presencia de la base naval de Rusia en Tartus, Siria, que ha sido un punto clave para las operaciones rusas desde que comenzó la guerra civil siria en 2011.
El ejército ruso también publicó imágenes que muestran misiles siendo lanzados desde barcos y posiciones terrestres, así como metrajes de un objetivo siendo alcanzado en aguas abiertas, demostrando la efectividad de sus sistemas de misiles. Estas pruebas, parte de preparativos militares más amplios, subrayan la capacidad de Rusia para proyectar fuerza mucho más allá de sus fronteras, especialmente en una región donde tiene intereses estratégicos, particularmente en el apoyo a la lucha del gobierno sirio contra las fuerzas de oposición.
A medida que el conflicto sirio continúa evolucionando, con las intervenciones militares de Rusia desempeñando un papel crucial en la preservación del régimen de Assad, estas pruebas de misiles consolidan aún más la influencia de Moscú en la región. Los ejercicios también se producen en un momento en que Rusia enfrenta un creciente escrutinio internacional por su papel en Siria, especialmente a la luz de sus operaciones militares en curso en Ucrania.
Esta exhibición de poder militar también señala la continua inversión de Rusia en tecnología de armas avanzadas, como misiles hipersónicos, que son capaces de viajar a velocidades superiores a cinco veces la velocidad del sonido y son difíciles de interceptar con los sistemas de defensa de misiles actuales. La prueba exitosa de estas armas podría mejorar aún más la posición de Rusia en la competencia militar global.
Si bien el propósito inmediato de los ejercicios era demostrar la preparación y capacidad militar, también sirven como un recordatorio de las apuestas geopolíticas más amplias en juego en Oriente Medio. A medida que Rusia fortalece su presencia militar en Siria, el impacto de estas operaciones se extiende mucho más allá del Mediterráneo, influyendo en el conflicto en curso en Siria y en el equilibrio de poder más amplio en la región.