En un sorprendente giro de los acontecimientos, los rebeldes liderados por islamistas han reclamado el control de Damasco, declarando la capital siria libre del régimen del presidente Bashar al-Assad en lo que han llamado una “ofensiva relámpago”. El anuncio señala un dramático final a más de 50 años de dominio del Partido Baaz y 13 años de brutal guerra civil que reconfiguró Siria y la región.
Se vio a los residentes celebrando en las calles, derribando estatuas de la familia Assad y cantando consignas de liberación. Los líderes rebeldes, encabezados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anunciaron su victoria a través de las redes sociales, diciendo:
“Después de 50 años de opresión y 13 años de tiranía y desplazamiento, declaramos la ciudad de Damasco libre. Una nueva era comienza para Siria.”
Assad Supuestamente Huye Mientras Aumenta el Impulso Rebelde
La caída de Damasco sigue a la rápida captura de Homs por parte de HTS, una ciudad crítica a 85 millas al norte de la capital, solo unas horas antes. Los informes sugieren que Assad huyó del país a través del Aeropuerto Internacional de Damasco junto a altos funcionarios militares y del gobierno. Fuentes cercanas a Hezbollah confirmaron la retirada de sus combatientes, un aliado clave de Assad, de la capital y las regiones circundantes.
Rami Abdel Rahman, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, declaró:
“Asad dejó Siria antes de que el ejército abandonara sus posiciones. Marca el colapso simbólico del control del régimen.”
En otro movimiento simbólico, los rebeldes asaltaron la infame prisión de Sednaya, liberando a miles de detenidos en lo que proclamaron como un “fin a la era de la tiranía.”
Escenas de Celebración y Caos
Mientras Damasco estallaba en celebraciones, el repentino colapso del régimen también desató pánico en algunos sectores. Se formaron largas colas en los cajeros automáticos y en las tiendas de comestibles mientras los residentes se preparaban para la incertidumbre. Mientras tanto, en las áreas ocupadas por rebeldes, se derribaron estatuas de Hafez al-Asad, padre y predecesor de Bashar.
En Homs y Hama, imágenes mostraban tanques abandonados y vehículos blindados en llamas mientras las fuerzas gubernamentales huían. Los residentes locales expresaron su alegría. Kharfan Mansour, un residente de Hama, dijo:
“Estoy feliz de ver la liberación de Hama y Siria del régimen de Asad.”
Reacciones Regionales e Internacionales
Los rápidos desarrollos han generado reacciones mixtas entre las potencias globales y regionales. Jordania, Estados Unidos y Rusia han instado a sus ciudadanos a abandonar Siria de inmediato, citando preocupaciones de seguridad.
Las Naciones Unidas informaron que más de 370,000 personas han sido desplazadas en las últimas semanas, ya que el avance de los rebeldes reavivó el conflicto que había estado latente durante mucho tiempo. El Enviado Especial de la ONU, Geir Pedersen, pidió “negociaciones políticas urgentes” para estabilizar la situación e implementar una hoja de ruta para la paz que ha sido descuidada durante mucho tiempo.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, condenó la toma de control por parte de los rebeldes, calificándola de “inadmisible permitir que un grupo terrorista controle territorio sirio.” Mientras tanto, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan enfatizó la necesidad de una resolución rápida, afirmando:
“Siria está cansada de la guerra, la sangre y las lágrimas. Esto debe terminar.”
El Futuro de Siria Está en la Balaza
A medida que la era de Assad parece llegar a su fin, surgen preguntas sobre qué vendrá a continuación para Siria. HTS, arraigado en Al-Qaeda y anteriormente etiquetado como una organización terrorista, ha buscado reinventarse como una fuerza política, prometiendo respetar los derechos de las minorías. Sin embargo, el escepticismo sigue siendo alto tanto entre los sirios como en la comunidad internacional.
Los observadores advierten que el vacío de poder podría llevar a una mayor inestabilidad. Se espera que las Naciones Unidas y actores clave como Turquía, Irán y Rusia intensifiquen los esfuerzos diplomáticos para dar forma al futuro de Siria.
Por ahora, la caída de Damasco marca el final de una era—y el comienzo de un capítulo incierto para una nación devastada por la guerra.