En un giro sorprendente de los acontecimientos, los rebeldes islamistas han tomado el control del centro de Alepo, asestando un golpe significativo al régimen del presidente Bashar al-Assad y marcando el desafío más serio a su control en años. La ofensiva sorpresa lanzada por los insurgentes en el noroeste de Siria ha cambiado el equilibrio de poder en Alepo, la segunda ciudad más grande del país. A medida que surgían imágenes de combatientes recorriendo las calles y derribando símbolos del régimen de Assad, quedó claro que esto no era solo otro enfrentamiento, sino un momento que cambia las reglas del juego en el conflicto sirio.
Los combatientes del grupo islamista militante Hayat Tahrir al-Sham (HTS) encabezaron la ofensiva, apoderándose de grandes partes de Alepo con relativa facilidad. Su rápido avance sorprendió tanto a los leales a Assad como a sus aliados de larga data en Moscú y Teherán. A medida que los disparos de celebración resonaban por la ciudad, estatuas fueron derribadas y lugares clave cayeron en manos de los rebeldes. El aeropuerto civil fue cerrado mientras los insurgentes se acercaban, mientras que una importante base militar al sur fue capturada.
Las implicaciones de esta victoria insurgente son de largo alcance y complejas. Primero y ante todo, destaca cómo las fuerzas de oposición han formalizado y fortalecido sus filas a lo largo de los años, lo que les ha permitido abrumar a los combatientes del gobierno sirio, menos organizados. Jerome Drevon del International Crisis Group señaló que no se habían preparado líneas defensivas dentro de Alepo, lo que indica una falta de preparación por parte de Assad. Este éxito inesperado ahora plantea preguntas sobre la capacidad de HTS para mantener el territorio y gobernar de manera efectiva.
Mientras que el líder de HTS, Abu Mohammad al-Jolani, ha gobernado de facto la provincia de Idlib durante varios años, persisten las preocupaciones sobre cómo le irá en una escala más amplia. Designado como terrorista por el Departamento de Estado de EE. UU. desde 2013, con una recompensa de $10 millones por su cabeza, Jolani enfrenta un escrutinio sobre sus capacidades de gobernanza. Los informes sobre la supresión de disidencia y la fuerte dependencia de la ayuda internacional en Idlib han planteado dudas sobre la capacidad del grupo para satisfacer las necesidades civiles.
Además, la caída de Aleppo tiene implicaciones más amplias para el conflicto sirio en su conjunto. El control de Assad sobre centros urbanos clave parecía haberse consolidado, llevando a algunos países como Arabia Saudita a restablecer relaciones diplomáticas con Damasco. Sin embargo, esta repentina victoria insurgente desafía esa percepción y renueva la esperanza entre los opositores al régimen de Assad, tanto dentro de Siria como en el exilio. La posibilidad de levantamientos en otros lugares es ahora una posibilidad real.
A medida que se asienta el polvo en Aleppo, la atención se centra en si Damasco y sus aliados pueden llevar a cabo un contraataque exitoso para recuperar el control o si HTS y sus aliados podrán mantener su posición. Las perspectivas a largo plazo del gobierno insurgente dentro de Aleppo siguen siendo inciertas, pero los analistas predicen que puede resultar más desafiante para Assad y sus aliados repelerlo de lo que se anticipaba.
En medio de estos desarrollos, los actores internacionales están monitoreando de cerca la situación. Se espera que el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, visite Damasco antes de viajar a Turquía, mientras que el Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, discutió la crisis siria con su homólogo turco, Hakkan Fidan, en una reciente llamada telefónica. La participación de potencias regionales añade otra capa de complejidad a un conflicto ya intrincado.
El futuro de Siria está en la balanza mientras los rebeldes celebran su inesperada victoria en Aleppo. El conflicto que comenzó como un levantamiento popular contra el régimen de Assad ha evolucionado hacia una devastadora guerra civil sin un final a la vista. Aunque este último desarrollo marca un punto de inflexión significativo, mucho sigue siendo incierto mientras las diversas facciones continúan su lucha por el control en medio de alianzas cambiantes e intereses geopolíticos.